Presencia ausente

Escarbé torpemente en mi memoria,
las oscuras formas de tu imagen
y los callados restos de tu voz
se disolvieron con la luz del alba.

Luché por sentirte viva en mi recuerdo
escuchando tus canciones silenciosas,
buscando en mis oscuros ojos cerrados
luminosos vestigios de tu sombra.

Y ahora que eres un fantasma,
que te desvaneciste estrepitosamente,
no eres más que una presencia ausente
que llena mi alma vacía de nostalgia.

Acabaste de abandonarme y desapareciste.

Santa Cruz de la Sierra, 10 de marzo de 2009