Razón

Bendita seas de entre todos los males
verdadero fruto del árbol de la sabiduría,
por ti dejamos el paraíso y
nos lanzamos al abismo,
a una aventura sin sentido,
a una locura,
al fin,
a empezar otra vez,
porque no eres más que una serpiente
que devora con ansias su propio cascabel.

Cuántas veces te creímos absoluta,
y a cuántos hemos quemado por tal mentira,
¿será que estamos condenados a la ignorancia?
¿seremos acaso verdugos por tus prejuicios?

Nos aferrarnos a ti durante vidas enteras
caminando a un falso horizonte,
hasta que sin saber nada,
desconociéndolo todo,
morimos,
tal como nacimos,
comprendiendo entonces tu inutilidad.

Vivimos, deseando que mediante ti lleguemos
al logos, al significado, a la palabra,
y no a la simple sensación,
que era la única habitante antes de ti.

Pero,
la sabiduría acaba…
cuando la descubrimos.
Es espejismo,
es sueño,
es nada,
no es.

Santa Cruz de la Sierra, 3 de diciembre de 2009